lunes, 30 de mayo de 2011

Gili Trawangan: disfrutando del mundo subacuático.

Tras el trekking, de nuevo necesitábamos recargar las pilas, y nos decidimos por esta islita. Hay tres con el mismo nombre (Gili significa isla pequeña en bahasa-indonesio). Las otras dos son más pequeñas y tranquilas, pero nos decidimos por esta porque ofrecía más cosas, y siempre es fácil cruzar a las otras islas (cosa que al final no hicimos). Lo curioso de las Gili es que no hay vehículos motorizados (el medio de transporte es la bici y el caballo) y que no hay policía, por lo que si tienes algún problema tienes que dirigirte al jefe de la isla (el cual cierra la salida y entrada de barcos hasta que se arregla el problema). Esto ha convertido a la isla en una especie de Amsterdam indonesio, donde la marihuna y los magic mushroom se ofrecen en cada esquina. Nosotros dedicamos la gran parte de nuestro tiempo en la isla a realizar el curso de buceo open water, el cual te habilita para realizar inmersiones hasta 18 metros. Fue una experiencia impresionante, alucinamos con cada uno de los buceos que realizamos, y además aprendimos mucho, ya que de nuestra primera inmersión a la última, nuestros avances fueron espectaculares. Todo esto fue gracias a Bruno, nuestro instructor brasileño, un chico majísimo que siempre estuvo pendiente de nosotros. ¡Gracias! La pena fue que Antonio se puso enfermo unos días, y nos privó de realizar más inmersiones, hacer snorkelling o visitar las otras islas. Recomendamos visitar las Gili antes de que se masifiquen de gringos aún más, cosa que ocurrirá muy pronto.

Las impresionantes aguas azul turquesa de las Gili.

Es un cigarro ehh!!

El grupo "Los Limpiadores" realizó sus primeras jam sessions en las Midnight Cottages.

En el Buddha Dive, con nuestros instructores.

Hay zonas de la isla tan tranquilas que parece que estés en una isla desierta.

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