viernes, 4 de febrero de 2011

Alrededores de Cusco

Una posibilidad de visitar los alrededores de Cusco es a partir de un tour. La mejor manera de hacerlo es por tu cuenta y disfrutar tranquilamente. Aunque para esto necesitas tiempo y enterarte bien de las posibilidades de transporte público.
El primero que hemos hecho ha sido: el Valle Sagrado. Contratamos la excursión desde el hotel por 25 soles y por nuestra cuenta tuvimos que comprar el boleto turístico (130 soles). Este incluye: algunos museos de la ciudad (los menos interesantes)  y los sitios arqueológicos más importantes. Lo cierto es que casi te obligan a comprarlo, pues las entradas parciales cuestan prácticamente lo mismo.
El tour del valle sagrado se desarrolla durante todo un día, y la agencia nos recogió a las 8:30 de la mañana. En el bus nos encontramos con una pareja de los pocos españoles que hay en estas fechas, ya que la gran mayoría de turistas son argentinos, chilenos y brasileños. Al poco de comenzar el tour, te paran en un mercadillo para que hagas compras, y nosotros caímos comprándonos algunas prendas de abrigo que necesitaríamos para el camino Inca. 
El primer sitio arqueológico es Pisaq, a 32 km de Cusco. Lo más interesante es observar un cementerio inca en la montaña, en el cual los cuerpos eran momificados, y que fue saqueado tras la conquista por buscadores de oro y metales preciosos, ya que pensaban que los incas eran enterrados con sus joyas, pero lo cierto es que sólo los dirigentes más importantes poseían oro, y que para ellos no tenía valor económico.
Tras las explicaciones del guía nos dejaron apenas 20 minutos para recorrer por nuestra cuenta el lugar, cosa que no nos gustó, ya que no tienes tiempo de disfrutar del impresionante paisaje que se contempla. Por este motivo no somos muy aficionados a este tipo de tours.


Tras un rato en el bus, nos pararon a comer en un buffet libre, en el nos querían cobrar 20 soles, pero negociamos y a escondidas nos lo dejaron a 15, ya que todo el mundo pagó el precio inicial. Comimos con unos chilenos bastante agradables, que nos contaban que tenían familiares en Barcelona y estaban tramitando la doble nacionalidad para reunirse con sus familiares y estudiar allí.
Para comer apenas tuvimos 40 minutos y de vuelta al bus con el estómago lleno, lo que no resultó muy agradable, nos dirigimos al segundo lugar del día: Ollantaytambo, a 78 km de Cusco.
Esta población tiene bastante tránsito ya que casi todo el mundo coge el tren hacia Aguas Calientes (la población más cercana a Machu Picchu) desde aquí. Es el pueblo que más mantiene la arquitectura inca de la zona, y el sitio arqueológico es impresionante, con las típicas terrazas en la montaña para cultivar. En la cima se encuentra el inacabado templo del sol. Lo más impresionante es que desde la montaña de enfrente se puede observar con claridad la cara de un inca, y nos enseñaron unas fotos del comienzo del solsticio de invierno (21 de junio) en el que los rayos de sol pasan por el ojo del inca e iluminan el templo del sol.


Para finalizar el tour nos llevaron a Chinchero, donde no visitamos el pueblo, y nos recibieron unas mujeres locales las cuales nos hicieron una demostración de cómo trabajan la lana, crean sus tintes naturales y tejen sus tapices. Por supuesto después te invitaban a ver sus puestecitos por si querías comprar algo. Nosotros nos dedicamos a admirar la belleza del paisaje.


El segundo tour que realizamos fue el city tour, con un costo de 15 soles por persona. Comenzó a la 13:30 y volvimos a Cusco a las 19:00. La primera visita es la iglesia del sitio del Qoricancha, la cual se pagaba aparte (10 soles). Nosotros preferimos no entrar y tomarnos un mate de coca en un bar muy lugareño. Tras una hora de espera, nos subimos al bus para comenzar a visitar los cuatro sitios arqueológicos. De nuevo las prisas fueron nuestras compañeras.
El primer lugar fue Saqsayhuaman, un santuario donde se libró una batalla entre incas y conquistadores, y por ello se perdieron parte de la construcciones. Lo más destacado es el mirador donde se puede ver una vista magnífica de la ciudad.

Después estuvimos en Q'enqo, también un lugar religioso donde se realizaban rituales sacrificando una llama negra cada 21 de junio y en el que las momias eran parte de los mismos. Cuentan que si sacaban el corazón de la llama aún latiendo tendrían un año venidero. También es curioso observar una roca que aparentemente no tiene nada de particular, pero que de nuevo en el solsticio de invierno, con los rayos del sol se puede observar la sombra de un puma. De nuevo observamos la importancia que tenía el sol para los incas, de ahí que lo veneraran como su Dios, siendo ellos seres de luz.
Para finalizar visitamos casi seguidos dos lugares más, Pukapukara y Tambomachay. El primero no tenía nada de especial, excepto por un mirador muy bonito. El segundo era también un lugar de culto. Lo más curioso de este lugar es que puedes encontrar la fuente de la eterna juventud. No se podía beber pero nosotros nos mojamos la cara en el riachuelo. Ya nos notamos la cara más tersa y joven!!!

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